Como es bien sabido, en el hígado tienen lugar importantes procesos fisiológicos para nuestro organismo. Entre ellos, los más relevantes son los que tienen que ver con la depuración de sustancias nocivas para el cuerpo, así como su consiguiente eliminación. Un hígado y vesícula sanos contribuirán notablemente a la mejoría en muchas funciones de nuestro organismo, favoreciendo una mejor salud general. Algunas de las plantas medicinales más habituales en nuestro armario pueden ayudarnos, con constancia y unos hábitos de vida saludables, a mantener más limpios nuestro hígado y vesícula, normalmente tan expuestos a sustancias tóxicas.
Cuatro plantas medicinales que te ayudarán a limpiar tu hígado y vesícula
Aunque los problemas de hígado tardan en dar la cara, no debemos esperar a los primeros síntomas para depurar nuestro organismo. Es uno de los órganos vitales de nuestro organismo, ¿no crees que debemos prestarle especial atención? Estas son algunas de las plantas más comunes para tratar nuestro hígado y vesícula.
- Boldo: Sin duda se trata de una de las plantas o soluciones con más capacidad para ayudarnos a proteger nuestro hígado. Es estimulante de la producción de orina, laxante en una pequeña escala, con gran poder antiinflamatorio. De este modo, contribuye a la capacidad digestiva de nuestro organismo, resultando muy eficaz para cuidar de nuestra salud hepática y, en consecuencia, de la de todo nuestro organismo.
- Romero: Otro de los grandes aliados de nuestro hígado. Aunque es habitualmente más conocido por sus beneficios gastronómicos, se trata de una planta medicinal clave. Potente regenerador del hígado y vesícula, posee capacidad para mejorar la circulación sanguínea y, en consecuencia, nos ayuda con sus capacidades antiinflamatorias.
- Menta: Una de las más conocidas plantas medicinales, con multitud de propiedades para nuestro organismo. Entre ellas se encuentran la de reparar la acción del hígado y vesícula, además de estimular nuestro sistema digestivo general.
- Cardo mariano: Otro poderoso estimulante de las funciones hepáticas. Además de potenciar su funcionamiento, nos ayuda a protegerlo contra las sustancias tóxicas con las que trabaja, contribuye a estimular el sistema digestivo y reduce el impacto que generan gravemente en nuestro hígado el alcohol y las drogas.
